Te escribo, Machado,
tratando de olvidar
el dolor irremediable
que tu tristeza me da.
Don Antonio Machado,
poeta y señor
¿dónde fuiste amado,
fuente mía de inspiración?
Pues las horas se hacen segundos
cuando con tu pluma dorada
me transportas a otros mundos,
Castilla soñada.